Arterias vs. Venas: Rutas Vitales

Una reparte, la otra recolecta. Las arterias y venas son caminos opuestos con el mismo objetivo: que tu cuerpo siga funcionando sin parar.

Logística de élite: versión biológica

Oxígeno, nutrientes, defensas y desechos. Todo viaja sin parar gracias al sistema circulatorio. Un circuito de precisión que funciona incluso mientras dormís.

Emergencia en el centro de mando

Infartos, arritmias, hipertensión… cualquier falla en el motor central puede apagar la maquinaria. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia.

Cuando el camino se bloquea…

El corazón bombea sin descanso, pero si una arteria se tapa, el oxígeno no llega y el tejido colapsa. Así empieza un infarto. Sin aviso.

El guardián invisible del corazón

Mientras el corazón late sin pausa, un macrófago vigila en silencio. Elimina residuos, repara microheridas y detiene intrusos antes de que causen daño.

El músculo que no se rinde

No descansa ni se queja. El cardiomiocito convierte cada impulso eléctrico en movimiento. Contracción tras contracción, mantiene vivo al corazón.

El DJ eléctrico del corazón

Desde su cabina en la aurícula, este nodo lanza beats eléctricos que marcan el ritmo cardíaco. Preciso, incansable, invisible… pero sin él, no hay concierto.

El guardián del ritmo

Antes de que el corazón se contraiga, este nodo frena la señal justo a tiempo. Evita choques… y permite que cada latido tenga armonía.

Los obreros invisibles del corazón

No laten, pero construyen. Los fibroblastos producen colágeno, reparan daños y mantienen al corazón firme por dentro. Silenciosos, pero esenciales.

Arterias vs. Venas: Rutas Vitales

Una reparte, la otra recolecta. Las arterias y venas son caminos opuestos con el mismo objetivo: que tu cuerpo siga funcionando sin parar.

Logística de élite: versión biológica

Oxígeno, nutrientes, defensas y desechos. Todo viaja sin parar gracias al sistema circulatorio. Un circuito de precisión que funciona incluso mientras dormís.

Emergencia en el centro de mando

Infartos, arritmias, hipertensión… cualquier falla en el motor central puede apagar la maquinaria. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia.

Cuando el camino se bloquea…

El corazón bombea sin descanso, pero si una arteria se tapa, el oxígeno no llega y el tejido colapsa. Así empieza un infarto. Sin aviso.

El guardián invisible del corazón

Mientras el corazón late sin pausa, un macrófago vigila en silencio. Elimina residuos, repara microheridas y detiene intrusos antes de que causen daño.

El músculo que no se rinde

No descansa ni se queja. El cardiomiocito convierte cada impulso eléctrico en movimiento. Contracción tras contracción, mantiene vivo al corazón.

El DJ eléctrico del corazón

Desde su cabina en la aurícula, este nodo lanza beats eléctricos que marcan el ritmo cardíaco. Preciso, incansable, invisible… pero sin él, no hay concierto.

El guardián del ritmo

Antes de que el corazón se contraiga, este nodo frena la señal justo a tiempo. Evita choques… y permite que cada latido tenga armonía.

Los obreros invisibles del corazón

No laten, pero construyen. Los fibroblastos producen colágeno, reparan daños y mantienen al corazón firme por dentro. Silenciosos, pero esenciales.